Deby Calderón: «Nuestra labor tiene que ser aportar al desarrollo de conciencia de la clase trabajadora en las luchas»

Intervención del referente del Nuevo Partido Socialista de Costa Rica en la charla "El anticapitalismo recorre el mundo" del Tercer Campamento Anticapitalista del ¡Ya Basta!

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Primero que nada, un placer y una alegría estar acá, compartiendo con todos ustedes. Voy a decir tres cositas muy puntuales de la experiencia de Costa Rica, que sirve también como experiencia internacional.

La primera que quiero plantear es que estamos ante un gobierno tecnócrata, de derecha y neoliberal. Rodrigo Cháves es un exfuncionario del Banco Mundial, lo fue durante 20 años, y que llegó como un outsider de la política de Costa Rica, con un partido nuevo que no es un partido, es más bien una plataforma que se montó para las elecciones pasadas y quedó cuando llegó a la presidencia.

Cháves vino a instalar una agenda reaccionaria, de derecha, de ataques a los derechos que nos quedan en el país, que se nos han ido quitando poco a poco en los últimos gobiernos. Y que tiene que ver mucho con una dinámica internacional de autoritarismo, de no negociar ni siquiera con otros sectores burgueses. Es una agenda de ataques a los derechos que, además, se montó sobre la base de los ataques del anterior gobierno, que imprimió una derrota importantísima a la clase trabajadora en Costa Rica, que fue el plan fiscal del año 2017, y al año siguiente una ley anti huelgas, que prácticamente prohíbe el derecho a huelga entre los trabajadores del sector público, que eran los que venían luchando más aguerridamente.

Estos ataques ahora se están dirigiendo hacia dos conquistas importantísimas que quedan en el país. Uno, hacia el sector de la seguridad social, que sería todo el sistema de salud pública y las pensiones. El gobierno intentó frenar un aumento salarial miserable de ocho mil colones, que no es nada con respecto a la inflación que hubo el año pasado del 10% (que obviamente no se compara con el 98% que tienen ustedes aquí) pero que se siente en los bolsillos de la clase trabajadora, y hay descontento por ese aumento en el costo de la vida, y no quería dar ni ese aumento miserable, que no representa ni un 1% de ese reconocimiento de inflación a trabajadores de la salud que no pararon de atender la problemática de la pandemia. Al final el gobierno salió derrotado, y se pudo ganar el pequeño aumento miserable que se dio. El sector salud ha sido uno de los sectores más movilizados durante los últimos dos años, con movilizaciones, mitines, marchas, siendo el sector más dinámico en este momento de la clase trabajadora en el país.

El otro ataque muy significativo fue a las universidades públicas. Háganse idea que el presupuesto total de las universidades públicas en Costa Rica anda por 550 millones de colones, y se querían recortar 128 millones a las universidades. Lo que iba a implicar recortes en extensión social, en docencia, investigación, en las sedes y recintos regionales de las universidades. Y la respuesta fue una marcha masiva de todas las universidades públicas de 30.000 personas. Nunca habíamos visto en Costa Rica una marcha tan grande. Y esto da cuenta de que el ataque por derecha no se da sin respuestas por la izquierda. Hay reversibilidad en el proceso. Y la izquierda, o los movimientos desde abajo surgen ante estas amenazas y ataques de la derecha, en todo el mundo y en Costa Rica también.

Lo segundo que quiero plantear. Costa Rica es un país chiquito que está en Centroamérica. Al ser un país que tiene muchísimo territorio protegido, la naturaleza se valora montones, y hay una gran sensibilidad ecologista, dentro de la juventud sobre todo, aunque también se expresa en otros sectores. Las luchas ecologistas tienen gran vigencia en Costa Rica. A pesar de que sea un país tan protegido ambientalmente, somos el país que más importa agrotóxicos por hectárea del mundo. Más que China, más que Estados Unidos, más que Argentina, más que todos. Y eso está haciendo que se generen montones de pequeñas luchas ambientales comunales por la defensa del agua, en contra del uso de estas sustancias tóxicas que están prohibidas en Europa y en los Estados Unidos. El mismo gobierno actual, en uno de sus primeros decretos, amplió la base de agroquímicos que se podían importar al país. Y eso está dando lugar a pequeños conflictos, a los cuales desde el Nuevo Partido Socialista queremos meterle más esfuerzo, porque es un sector muy sensible de la juventud y de las luchas que se han venido dando.

Y lo tercero que quiero plantear es que en el último período hemos torcido la vara más hacia el lado del partido. Como plantea Tony Cliff sobre Lenin: torcer la vara en el sentido de construir más el partido, llevar nuestra agenda de que no participamos de un movimiento social, feminista o ecologista o alguna lucha puntual, sin llevar nuestro programa, nuestros intereses. Porque la labor que tiene el partido es aportar al desarrollo de la conciencia de la clase trabajadora en las luchas. No participamos de las luchas que son sólo una parte del todo, participamos desde el todo más que de las partes.

Esto nos ha permitido reconstruir el partido con una generación que ve que eso es lo que no le aportan otras organizaciones precisamente. El punto de vista del todo, el punto de vista de la lucha contra el capital. No sólo vamos a luchar al movimiento feminista por esta lucha, o al ecologista por esta otra, sino que aportamos a esos movimientos desde el todo, no desde las partes. Y esa función que cumple el partido revolucionario en los distintos movimientos, nos ha permitido reconstruir el NPS después de una pandemia que fue muy complicada.

El partido aporta esa función: el desarrollo de la conciencia y de los movimientos. La corriente y todos los partidos que estamos representados acá vamos con ese programa: desde el todo hacia las partes, no al revés.

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