Crisis política: Bolsonaro pierde a su canciller y cambia cinco ministros

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  • Los cambios en el personal de gobierno comenzaron con la renuncia de Araújo, su ministro de Relaciones Exteriores, por la crisis generada por su negacionismo de la pandemia. La decisión de Bolsonaro responde a las presiones de sus aliados parlamentarios del “Centrão”.

La crisis está marcada por la inmensa catástrofe que asola al país por la pandemia, con miles de muertos diarios y un régimen político que solo atina a mirar con impotencia.

Ernesto Araújo ya venía sintiendo cómo su sillón ministerial se movía debajo de él, siempre a punto de tumbarlo de un momento al otro. La coalición parlamentaria del «Centro» impulsaba ya el juicio político al canciller por sus responsabilidades frente a la nula política de impulso de adquisición de vacunas. Incluso públicamente había cuestionado su efectividad.

La presión del establishment político sobre Bolsonaro para desplazar a Araújo era feroz: hacía pocos días, Arthur Lisa (presidente de la Cámara de Diputados y miembro del «Centro») y Rodrigo Pacheco (presidente del Senado) se habían reunido con grandes empresarios y representantes de las finanzas para imponer un cambio de gabinete. Bolsonaro tuvo que ceder.

La caída de Araújo fue un duro golpe para el gobierno. Era parte de su ala dura más ideológica, representante del proyecto «estratégico» (si se le puede llamar así) de extrema derecha. Había dicho que Trump era el «salvador de Occidente» y hasta tomó posición oficial por el estado brasilero respaldando sus denuncias de supuesto fraude en las elecciones de noviembre pasado.

Otro duro golpe, más inesperado, fue la renuncia del Ministro de Defensa: Fernando Azevedo. Su caída era más inesperada que la de Araújo, que ya era hace tiempo un «secreto a voces». Este cambio se debió fundamentalmente a la necesidad de «alinear» a las fuerzas armadas detrás del gobierno.

Una parte de la cúpula militar ha decidido despegarse de Bolsonaro y tomar un perfil más alejado de la toma de decisiones políticas. La crisis interna y los aires internacionales con la derrota de Trump los han decidido por una «participación» política menos visible. En esa línea es que va la renuncia de Azevedo.

Al frente del Ministerio de Defensa quedará entonces ahora Walter Souza Braga Netto, interventor militar de Río de Janeiro por órdenes del gobierno de Temer en el año 2018. La ola de violencia militar y muertes en esos años en los barrios de la ciudad fue particularmente dura y recordada.

Siguiendo en la línea de un gabinete con fuerte presencia militar y policial es que al frente del Ministerio de Justicia y Seguridad Pública puso a Anderson Torres, un representante de la Policía Federal.

El propio «Centro» (con quienes Bolsonaro prometió no vincularse en campaña electoral) consiguió un cargo en el gabinete bolsonarista a través de Flavia Arruda, del Partido Liberal. Ella estará al frente de la Secretaría de Gobierno, puesto clave pues es la que libera partidas presupuestarias para la gestión presidencial. Evidentemente el «Centro» ha ganado una partida clave y logró un puesto de control directo sobre Bolsonaro.

Los otros ministerios cuyos titulares renunciaron son: Justicia (André Mendonça), Jefatura de Gabinete (Walter Souza Braga Netto) y Fiscalía General (José Levi).

Se trata evidentemente de un retroceso en los intentos de Bolsonaro de un curso de gobierno «bonapartista», sin el control de otros poderes del estado. Pero la clase capitalista «orgánica» le impuso sus condiciones y en este caso su institucionalidad le dijo a Bolsonaro quien gobierna y quien no.

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