Colombia: Nueva jornada nacional de lucha paraliza el país

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  • Luego del fracaso de las negociaciones entre Duque y las centrales sindicales ayer, en las que el gobierno intentó frenar las movilizaciones sin conceder absolutamente nada, hoy la rebelión colombiana continúa con un inmenso paro nacional.

Redacción

Por primera vez desde que comenzaron las protestas, el gobierno de Iván Duque se reunió ayer con los principales integrantes del Comité Nacional de Paro (CNP), la coalición que agrupa a centrales obreras, organizaciones estudiantiles, campesinas e indígenas que organizan los paros y protestas a nivel nacional.

 

A pesar de la orientación conciliadora de las centrales sindicales, que se vieron completamente desbordadas por la magnitud de la rebelión que se desató a partir del paro nacional del 28 de abril, la reunión fue un rotundo fracaso. El gobierno mostró una posición inflexible frente a las exigencias que planteó el CNP.

 

Ante la brutal situación de violencia estatal, que se calcula que ya se cobró 47 víctimas, los dirigentes le demandaron al gobierno que cese con la represión y las masacres en manos de la policía y los militares. Pero apenas unas horas antes de la reunión, Duque viajó a Cali para garantizar «el mayor despliegue policial posible» con el objetivo de «normalizar» la situación en la ciudad. La decisión del gobierno de ratificar su orientación represiva en las horas previas a la reunión ya auguraba que la «mesa de diálogo» era una mera puesta en escena del gobierno.

 

Además, el Comité le expresó el conjunto de las demandas con las que se conformó el programa del Paro, alimentado por la fuerza inmensa de la rebelión: el establecimiento de una renta básica universal igual al salario mínimo, la gratuidad de la matricula universitaria, frenar con las aspersiones aéreas de glifosato sobre comunidades campesinas, fortalecer la industria nacional, entre otras.

 

Por supuesto, como hemos analizado desde Izquierda Web el régimen que en este momento tiene a Duque a la cabeza es incapaz de resolver estas demandas de fondo, y por ahora ni siquiera se plantea ensayar alguna concesión. El gobierno sigue apostando a aplastar la rebelión con la fuerza policial mientras juega al desgaste, aunque por ahora con esa estrategia sólo consiguió que la rebelión se extienda y profundice.

 

Entre la fuerza de la rebelión que viene desde abajo y la intransigencia del gobierno desde arriba, el CNP se ve obligado a seguir el Paro y continuar con las movilizaciones, a pesar de que les gustaría apostar a una estrategia más «dialoguista».

 

Además, el brutal asesinato de Lucas Villa de ocho disparos en la ciudad de Pereira, en el marco de la movilización, ha reavivado la indignación popular contra los asesinatos perpetrados por la policía y las bandas armadas que responden al gobierno.

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