Colombia: El primer paro general desde 1977

0
36

Por Claudio Testa

La jornada de ayer puede ser un antes y un después para la historia de Colombia. Las protestas masivas que se profundizaron por “efecto contagio” de Ecuador y Chile dejaron un clima político muy distinto al del día anterior. Hace décadas que Colombia es un país en el que los movimientos de lucha de los de abajo difícilmente levantan cabeza.

Las imágenes que recorren los medios son lo suficientemente elocuentes. Decenas de miles ocuparon las calles de las principales ciudades del país. La respuesta de uno de los más reaccionarios regímenes de la región no podía ser otro que la represión: la respuesta policial dejó un saldo de decenas de heridos y detenidos. Una franja de los movilizados se mantuvo en la calle hasta bien entrada la noche, plantando cara a los represores en varios puntos de Bogotá, Medellín y Cali.

En América Latina, y en especial Sudamérica, 2019 ha sido un año en que “pasan cosas”. Chile y Bolivia lo están demostrando ruidosamente. Pero no hay sólo terremotos políticos de gran magnitud. También, aunque con menor intensidad, tiembla el piso de la sociedad y de los gobiernos en otras latitudes que suelen ser más “estables”… aunque muchas veces esa “estabilidad” es para peor… implica que los trabajadores y los pueblos no enfrentan en pie de lucha las medidas antipopulares de las patronales y sus gobiernos.

Un elemento para medir la importancia del paro general de ayer es que es el primero desde 1977.

Desde la vecina Caracas, un cronista archireaccionario, Daniel Lozano, se preguntaba preocupado en el diario La Nación de Buenos Aires:

“Expectativas e inquietud se mezclan en alquimia perfecta: ‘¿llegará el contagio de ChileEcuador o Bolivia, hasta una Colombia con tantos problemas como siempre, pero con un modélicocrecimiento del 3,3·% del PBI en el último trimestre?´ ” (Daniel Lozano, “Colombia adelanta el cierre de las fronteras antes de un paro impredecible.”, La Nación, 20/11/2019)

¿Cómo es posible que estos salvajes –se pregunta indignado el escriba de La Nación– hagan huelga, cuando las estadísticas les dan semejante “crecimiento”?

Le vamos el revelar a nuestro “experto” el secreto de este enigma: porque a los trabajadores, a la juventud y al pueblo en general no les llega nada o casi nada de este “modélico crecimiento”.Todo se queda en los bolsillos de los de arriba, sobre todo de un puñado de super-millonarios: la oligárquica burguesía colombiana, con sus ostentosos apellidos del siglo XVIII, cuando esclavizaban a los originarios.

A los trabajadores, a los de abajo, sólo les cae alguna monedita de esa lluvia de dólares. Los siguientes son los datos de un estudio reciente:

“Colombia se clasifica como una de las naciones más desiguales del mundo y la segunda de América Latina, según datos del Banco Mundial, donde la mayoritaria población desfavorecida debe hacer diariamente lo indecible para poder alcanzar un magro sustento.

“El profesor e investigador de la Escuela de Estudios Superiores en Ciencias Sociales de Francia, Thomas Piketty, durante una conferencia en la Universidad Externado de Colombia, señaló que el 20 % del ingreso de Colombia está en manos del 1 % de la población, mientras que la mitad de esos ingresos pertenece sólo al 10 %.

“Una organización como la del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentó un informe en el que subraya que Colombia ocupa el puesto 12 de 168 países en desigualdad en el ingreso, acceso a la educación y la salud entre hombres y mujeres. Paradójicamente, ese mismo informe, sitúa a su vecino país, Venezuela, en el puesto 79, es decir, casi siete veces mejor que Bogotá.” (“Desigualdad social en Colombia”, nuestropartidoescolombia.info, 02/10/2017)

¿De las peleas por arriba a los estallidos por abajo?

Al mismo tiempo que se desarrolla un enorme descontento por abajo, Colombia hoy está cruzada por peleas por arriba.

Esto se refleja en la heterogeneidad de las organizaciones, sectores sociales y personajes que han adherido a la convocatoria del paro nacional de hoy. Esto va mucho más allá de los sindicatos convocantes.

Por ejemplo, María Fernanda Ariztizábal, Miss Colombia 2020, adhiere exhortando a “Alzar la voz para que cambien las cosas con las que no estamos de acuerdo. Yo saldré el 21 a decir que Colombia necesita otro presidente…” Claro que los candidatos que “Miss Colombia” patrocinaría no serían muy revolucionarios que digamos. Pero indica un sentimiento de “que se vayan todos”.

El analista que antes comentamos, refleja esto aunque en tono adverso, no precisamente para alabar la huelga general. Sin embargo, dejando de lado su tono de burla, no puede evitar reconocer la bronca universal que esta huelga refleja:

“Jamás un paro nacional [en Colombia] fue tan heterogéneo. Tantos motivos como disculpas y tantos miedos como certezas.

“Sindicalistas, estudiantes, opositores, indígenas, artistas, maestros, organizaciones sociales, la comunidad LTBI, periodistas, rebeldes, y todo el que considera que Colombia necesita parar un momento y repensarse.

“Unos van a hacer huelga, otros a marchar, otros a gritar y otros, como la izquierda radical de Gustavo Petro, soñarán con la revolución en las calles.

“Tan disímiles son las razones que cada colombiano carga su propia bandera de cara al 21-N: «Contra paquetazo  de Duque, la OCDE y el Fondo Monetario Internacional», clamó ayer Jorge Robledo, líder del Polo Democrático, a la vez que ondeaba en sus redes sociales una pancarta con Donald Trump de protagonista negativo.

“Hasta el siempre moderado y centrista Sergio Fajardo –ex candidato presidencial– resumió a sus simpatizantes por qué él también estará en la calle: «Tenemos que manifestar nuestra indignación por el asesinato de líderes sociales, por los atropellos a las comunidades indígenas, por lo ocurrido en bombardeo donde murieron ocho niños…”

Los de abajo empiezan a moverse

Colombia, uno de los paraísos del neoliberalismo en América Latina, con uno de los gobiernos más abyectos y serviles de Washington, da el aspecto de otro barril de pólvora que podría estallar en cualquier momento… es el caso de Chile.

Y no porque operan allí golpistas subvencionados y teledirigidos desde USA, como en Bolivia, sino porque los trabajadores y el pueblo de Colombia parecen estar hartándose de vivir en la miseria mientras los de siempre se llenan los bolsillos… Y, por si esto fuera poco, también están hartos de soportar los asesinatos impunes y casi diarios de luchadores y líderes sociales, por mercenarios que jamás son identificados ni detenidos por la policía.

Iván Duque después de las protestas

Sumate a la discusión dejando un comentario:

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí