Colombia: El gobierno retira la reforma de Salud

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  • Luego de voltear la reforma tributaria, la inmensa fuerza de la rebelión ahora también tiró abajo la reforma privatizadora de la salud que promovía el gobierno de Duque. Los paros y las protestas continúan frente a un gobierno que observa impávido cómo se viene abajo una hegemonía neoliberal de décadas.

Renzo Fabb

Transcurre el día 23 desde que comenzó el histórico Paro nacional de Colombia y el proceso está muy lejos de terminar. Al contrario, en el día de ayer la rebelión marcó un nuevo hito al lograr que el gobierno de Iván Duque a través de sus legisladores votaran a favor de archivar la propuesta de reforma del sistema de salud del país.

Como la reforma ya tenía carácter parlamentario, el ejecutivo no podía darla de baja directamente. Pero el propio bloque oficialista de la Cámara y el Senado votaron en contra de su propia propuesta, junto a otros partidos, en lo que representa un nuevo triunfo de la rebelión colombiana. Entre ambas cámaras, la votación terminó 27 a 5 a favor de archivar la reforma.

La propuesta del gobierno implicaba avanzar aun más en la privatización de un sistema de salud pública que ya cuenta con una importante cuota de tercerización hacia privados. De hecho, los propios médicos y enfermeros fueron los principales detractores de la propuesta.

Al principio, el gobierno había ensayado un falso discurso «sanitarista» contra las movilizaciones, acusando a quienes se movilizaban de promover los contagios de Covid-19. El propio personal de Salud se encargó de desmentir el discurso oficial y se sumó de lleno a las filas de la rebelión.

Junto al rechazo a la también derrotada reforma tributaria, la caída de la reforma del sistema de salud representaba una de las principales demandas de las protestas. Se trata de un nuevo golpe político para el gobierno de Duque, que observa impávido sin saber qué más hacer para frenar la rebelión, que no se detiene.

 

Cuando el gobierno dio de baja la reforma tributaria, que había sido el detonante de las protestas masivas, esperaba poder darle fin al estallido. Pero ya era demasiado tarde. Con el retroceso político del gobierno, la rebelión tomó más fuerzas para cuestionar aspectos del régimen político colombiano en su conjunto.

Otra conquista que fue festejada por amplios sectores como un triunfo fue la decisión del gobierno de cancelar la realización de la Copa América en el país. Las protestas denunciaban que se intentaría esconder la crisis social y las matanzas contra el pueblo con el torneo continental de fútbol más importante a nivel países. Finalmente, la Copa se disputará exclusivamente en Argentina.

 

Retroceso político del Gobierno

Junto con la «concesión» de retirar la reforma tributaria, el gobierno apostó a aplastar a la rebelión por la vía represiva. Imágenes cruentas y brutales de las Fuerzas Armadas y el ESMAD (Policía antidisturbios) realizando verdaderas masacres en los barrios populares de ciudades como Cali o Bogotá recorrieron el mundo a través de las redes sociales. El repudio fue tan grande que hasta la propia OEA -apéndice del Departamento de Estado yanqui y fuerte aliado político de Colombia- tuvo que salir a repudiar los «excesos» de la brutal represión.

El dato político es que también esta orientación represiva ha sido derrotada por la fuerza de la rebelión. El repudio tanto interno como extranjero a los asesinatos, torturas, abusos y detenciones de la policía y los militares, lejos de amedrentar a las masas movilizadas, les daba fuerzas para resistir e ir por más.

De hecho, en muchos lugares los gobiernos locales han retirado a la policía de las protestas, completamente deslegitimadas socialmente por masacrar a su propio pueblo. Otro de los anuncios con los que el Gobierno, junto a los partidos aliados, pretenden encauzar las demandas de la rebelión por la vía institucional consiste en una reforma de las fuerzas de seguridad que incluya «formación en Derechos Humanos» ¡Como si las masacres perpetradas contra el pueblo sea un problema de ‘formación’ y no una decisión política criminal de Duque y los gobiernos locales!

Pero más allá de todos estos intentos desesperados del gobierno por frenar las protestas, las jornadas de Paro Nacional siguen realizándose y miles salen a las calles de las principales ciudades todos los días. Es que la rebelión ha adoptado un programa tan profundo y amplio que ninguna medida parcial que pueda dar este gobierno criminal y este régimen neoliberal puede satisfacerlas.

Esto explica por qué han fracasado cualquier intento de negociación, a pesar de que ya son tres las reuniones sucesivas entre el Comité Nacional de Paro (CNP) y el Gobierno para discutir las demandas de las protestas, y hay una cuarta convocada. El gobierno de Duque, su naturaleza reaccionaria propia del régimen político del que es parte, no puede ofrecer más que ciertas concesiones mínimas que la conciencia de las masas rebeladas ya rebasó hace mucho tiempo. Por eso también las distintas expresiones de la burocracia sindical no tienen nada de qué «agarrarse» como para siquiera comenzar a pensar en algún tipo de acuerdo.

Como hemos venido cubriendo desde este Portalla rebelión colombiana está cuestionando décadas de una orientación neoliberal bajo un régimen brutalmente represivo en el país. A esta altura, la rebelión y el régimen político colombiano son irreconciliables, por lo que la historia de Colombia se está reescribiendo jornada a jornada, hace ya 23 días.

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