Brasil: Marcelo Freixo rompe por derecha con el PSOL

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  • La salida de Marcelo Freixo del PSOL tiene como trasfondo la línea oportunista llevada adelante por la mayoría de la dirección del partido ante del gobierno genocida. Por esta razón, nosotros desde la tendencia Socialismo o Barbarie, como parte del Movimiento de Izquierda Radical del PSOL, damos la batalla para que el partido construya en las calles la lucha para derrotar a Bolsonaro y, también, para que recupere su sentido histórico, que es el de superar al lulismo por izquierda y construir como un instrumento para el combate estratégico de la clase trabajadora.

Antonio Soler

A fines de la semana pasada, Marcelo Freixo (Diputado Federal), después de todo una movilización política para colocar su nombre de cara a la disputa por la gobernación del estado de Río de Janeiro de la mano de un frente burgués amplio, entregó su carta de desafiliación al PSOL para afiliarse este mismo mes al PSB.

Freixo se afilió al PSOL en 2005 luego de la fundación del partido, resultado de una ruptura por izquierda del PT debido a la  reforma previsional que impulsó el gobierno de Lula, junto a otras fuerzas políticas de izquierda. Desde entonces, tuvo una trayectoria electoral ascendente. A partir de las banderas de lucha por los derechos humanos y del combate a las milicias cariocas, fue electo diputado estadual (provincial) durante tres mandatos desde 2006 y también fue electo diputado federal en 2018 con la segunda mayor votación en el estado.

El ex-correligionario fue durante el último año dentro del PSOL el defensor número 1 de la idea del “frente amplísimo” para las elecciones de 2022 para todas las categorías. Él fue a parar detrás de la propuesta de la mayoría de la dirección nacional del PSOL que, hasta ahora, quiere un “frente amplio contra el bolsonarismo”; Freixo quiere incluir a partidos de la derecha tradicional, también en un frente.

En tanto, después de haber anunciado su salida del PSOL, se reunió con Lula y con representantes del PSB,  PCdeB – partido que discute si entra o no en el PSB para huir de la cláusula de barrera (un piso de votos requerido para lograr escaños en el parlamento) – y con el PSOL para discutir el frente amplio en Río de Janeiro y a nivel federal. Esa política no tiene respaldo en ninguna instancia de dirección del partido, dicho sea de paso. Este frente intenta atraer al PDT, a pesar de la postura contraria de Ciro Gomes, y al PSD, del prefecto (intendente) carioca, Eduardo Paes.

Para elaborar su plan de gobierno, Freixo moviliza a figuras preeminentes del neoliberalismo y de gobiernos burgueses, tales como: André Lara Resende (economista de Fernando Henrique Cardozo), Raul Jungmann (Ministro de Michel Temer y responsable de la criminal intervención militar en la ciudad de Río de Janeiro), Carlos Gadelha (Economista de la Fiocruz -Fundación Oswaldo Cruz) y Renato Pereira (publicista que actuó con el MDB fluminense). Pero, no quiere detenerse ahí, extiende el arco hasta la peor estirpe posible, como Sérgio Cabral y Luiz Fernando Pezão, ex-gobernadores condenados por corrupción.

La derechización de Freixo encontró un ambiente favorable 

Esta decadencia política que acabó en la salida de Freixo del PSOL, lo cierto es que, no fue un rayo en un cielo abierto. La prensa viene presentando su desafiliación como una discordancia absoluta en relación a la línea del PSOL, que sería contraria a realizar un frente amplio fuera de la “izquierda”.

Es verdad que la dirección mayoritaria del partido no fue tan lejos – aún- como Freixo, que defiende al “frente amplísimo” con todo el espectro de la burguesía. Pero, al defender al “frente amplio” burgués con partidos “progresistas”, la mayoría de la dirección utiliza los mismos argumentos, al afirmar que vamos a derrotar a Bolsonaro a partir de tácticas electorales en 2022, que rompen totalmente con la independencia política de clases.

Desde la tendencia Socialismo o Barbarie y el Movimiento de Izquierda Radical del PSOL, venimos afirmando que ese argumento, política y lógicamente común, para justificar el “frente amplio”, de la dirección del PSOL, o del “frente amplísimo”, de Freixo, es totalmente equivocado e inútil para la lucha contra Bolsonaro.

En primer lugar, porque Bolsonaro y el bolsonarismo vienen dando ejemplos seguidos, desde antes de las elecciones, de que no es una fuerza que respeta las pautas institucionales. Vienen sistemáticamente amenazando los derechos democráticos y afirmando que si no fuera electo en 2022 no entregará el poder.

Por eso no es extraño que haya armado a su base social con la modificación del estatuto que regula el uso de armamento, que haya hecho avanzar la propuesta contra el voto electrónico, lo que da más tiempo para una agitación política que rechace el resultado de las urnas, o que haya avanzado en su trabajo de infiltración política golpista junto a las fuerzas represivas estaduales y entre las Fuerzas Armadas. Por tanto, la conclusión obvia es que la derrota de Bolsonaro se tiene que dar fundamentalmente en las calles para que podamos garantizar los derechos democráticos y la soberanía popular en octubre del 2022.

No cambiamos aún la correlación de fuerzas pero, a partir de los actos del día 29 de mayo la coyuntura para derrotar Bolsonaro quedó más favorable y podemos cambiarla apostando todas nuestras fuerzas a la movilización, justamente lo que no hacen Lula, el PT y la CUT. Además de eso, el argumento de que una candidatura de la izquierda socialista – no esa de la izquierda del régimen capitaneada por Lula, ahora Freixo, y compañía – juega en contra de la unidad de la izquierda, es otra gran falsificación.

Aunque Lula y el PT llamaran a la construcción de una alianza con la izquierda sin partidos burgueses, pese a que están operando fuertemente para no ocurra, jamás harían un gobierno para los trabajadores. No hicieron siquiera un balance de lo que fueron sus gobiernos – responsables en parte por el ascenso de la extrema-derecha -, los gobiernos petistas a nivel federal, estadual o municipal son gobiernos burgueses que atacan sistemáticamente a las y los trabajadores y oprimidos. El programa de Lula social liberal, neoliberal continúa, sin embargo, con la promesa de tomar medidas de compensación social, aunque encontrará menores márgenes de maniobra de los que tenía en sus gobiernos de los años 2000, debido a las condiciones económicas y políticas actuales.

Así, la táctica de llamar a Lula y al PT para hacer una alianza de izquierda no pasa de ser una tremenda falsificación. Todos saben: jamás van a llevar adelante gobiernos de – y para- los trabajadores. La táctica para dialogar con la izquierda y los iludidos como el PT pasa por denunciar su conciliación de clases, exigirles que movilicen efectivamente para derrotar a Bolsonaro en las calles y presentar una línea de izquierda que sea una alternativa programática que atienda las necesidades de los trabajadores y de los oprimidos.

Por último, el argumento de que no hay salida que no pase por un frente electoral con el PT y la burguesía tampoco se sustenta desde el punto de vista de la táctica electoral. Nada en este mundo justifica entrar en un frente popular burgués con Lula y el PT, sea “amplio” o “amplísimo”.

Una candidatura propia del PSOL es fundamental para impulsar la movilización, para aglutinar a la izquierda socialista y para atraer a sectores de la clase trabajadora y de la clase media que ya rompieron con Lula y el PT por izquierda. Tareas estas que son decisivas para cambiar la correlación de fuerzas, derrotar a Bolsonaro en las calles, sus amenazas golpistas e imponer el impeachment. Si fuera el caso, para también derrotarlo en las elecciones del 2022.

Un candidato independiente de izquierda, ante una hipótesis de victoria de Bolsonaro en primera vuelta, lo que aún no está planteado y está lejos de será una previsión concreta, podría bajar su candidatura para derrotar al neofascismo, evidentemente. Pero, esa táctica, si fuera necesaria, no debiera significar ningún compromiso con el frente popular burgués, como quiere la mayoría de la dirección del PSOL.

Entonces, lo que parece que de hecho mueve a la política de la actual dirección del PSOL, de abrir dejar de lado la independencia de clase (política, de programa, trayectoria y de alternativa a las traiciones lulistas), no tiene nada que ver con la derrota de Bolsonaro y el golpismo, pero si con un atajo ultra-oportunista para obtener parlamentarios o, mismo, cargos en un gobierno que va necesariamente a tomar medidas contra nuestra clase.

Por eso, la decisión de romper con el PSOL e ir al PSB no fue un hecho inesperado por la dirección mayoritaria – y las tendencias que la apoyan-, por el contrario, todo fue negociado y encarado con naturalidad, una vez que Freixo encontró en esta misma dirección y su línea el amparo político oportunista necesario para tal ruptura.

En este sentido, encaramos la necesidad de la lucha dentro del PSOL para superar al frentepopulismo como eje central, pues esta línea, como quedó demostrado con Freixo, llevará a la liquidación del partido como alternativa de izquierda ante el lulismo si no es enfrentada a la altura de la circunstancias. Apostamos a la masificar la lucha para derrotar a Bolsonaro como factor externo fundamental para revertir el actual escenario de liquidación del partido, pero tenemos que llevar adelante la lucha interna a través de un gran bloque de izquierda y de la pre-candidatura de Glauber Braga.

La lucha contra la política del frentepopular burgués y por una estrategia y táctica independientes será central durante el Congreso Nacional, que se inicia el próximo mes, y en todas las instancias de base y de la dirección del PSOL. Para llevar esta lucha fundamental para construir una alternativa política para la clase trabajadora y para los oprimidos, organizate con a Socialismo o Barbarie y con el Movimiento de Izquierda Radical del PSOL.

 

Traducción del portugués: Luz Licht

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