Bolsonaro destituye a la cúpula de las Fuerzas Armadas

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  • Después de la intensa presión del Senado, el ministro de Relaciones Exteriores Ernesto Araújo dejó su cargo hoy y será sustituido por Carlos Alberto Franco França, diplomático de carrera que era parte de la asesoría especial de la presidencia. Pero esta dimisión no significa un retroceso absoluto del gobierno, que se arma políticamente para mantenerse en el poder y encerrar al régimen, si es necesario por la fuerza, dentro de su perspectiva autoritaria.

Antonio Soler

El motivo de fondo de esa dimisión es la catástrofe pandémica con más de 314 mil muertes, pues el ex ministro antiglobalista de relaciones exteriores (sic), junto con Bolsonaro, fue co-responsable de dificultar las negociaciones comerciales con varios países, particularmente con China, para comprar vacunas e insumos.

El desgaste del ministro, que ya venía de larga data por su postura delirante y aislacionista, se convirtió en insostenible después del ataque hecho por él el domingo a la senadora Katia Abreu, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado. La acusó de ser agente del lobby de empresas chinas para instalar equipamiento de la tecnología 5G.

Sin embargo, luego de ceder a la presión del Senado de aceptar la renuncia de Araújo, que podría haber sido simplemente un retroceso frente al Congreso, Bolsonaro lanza una ofensiva con una importante reforma ministerial.

De ayer a hoy, más allá de la destitución de Araújo, fueron cambiados los puestos de más de cinco ministerios: Defensa, Justicia, la Fiscalía General de la Unión, Casa Civil y la Secretaría de Gobierno.

De Defesa sale el general Fernando Azevedo e Silva y entra Walter Souza Braga Netto[1]. Del Ministerio de Justicia sale André Mendonça y entra Anderson Gustavo Torres, delegado de la Policía Federal y Secretario de Seguridad Pública del Distrito federal. De la Secretaría General de la Unión sale José Levi y entró André Mendonça [2]. De la Casa Civil salió Walter Braga Netto y entra el general Luiz Eduardo Ramos [3]. De la Secretaría de Gobierno sale éste último y enmtra la diputada federal Flavia Arruda (PL)[4].

Defensa y ataques combinados

Luego de la caída inevitable del canciller «antiglobalista», Bolsonaro aprovecha la oportunidad para hacer una reforma ministerial con el objetivo de mantener y avanzar en posiciones en al menos tres niveles:

  • Contra el surgimiento de Lula como candidato a presidente que intenta capitanear parte del «Centrão», quiere fidelizar ese bloque de partidos para las elecciones de 2022. También busca crear una barrera política contra la posibilidad de un impeachment, que ronda el Palacio presidencial con el agravamiento de la situación socio-sanitaria.
  • Poner la defensa jurídica del gobierno directamente al servicio de la lucha contra los gobernadores y prefectos que toman medidas de distanciamiento social, y para perseguir opositores políticos de cualquier naturaleza.
  • De la misma forma que ocurre con las políticas militares por todo el país, abrir las puertas para la agitación bolsonarista al interior de las Fuerzas Armadas. Quiere que eso sirva como amenaza constante a los opositores para una eventual toma de posición de fuerza directa, para el cierre del régimen contra una amenaza de procesamiento o derrota electoral en el próximo período.

En lo tocante a la Secretaría de Gobierno, este cambio ministerial amplía el espacio del Centrão al interior del gobierno de Bolsonaro para evitar una casación institucional. Eso parece estar lejos de significar una «normalización» del gobierno en el sentido de que éste pase a respetar las reglas del juego democrático burgués y sus maniobras golpistas dentro y fuera del gabinete, presentes desde el primer día de mandato. ¡Muy al contrario!

Esto es justamente lo que demuestra el cambio de mandato del Ministerio de Defensa, tirando abajo a un general más «legalista» y poniendo en su lugar a un testaferro. En simultáneo, destituye a todo el comando de las Fuerzas Armadas, que hasta entonces rechazaba la «politización» de los cuarteles en favor de Bolsonaro.

De la misma forma que milita para controlar el conjunto de las policías militares estaduales, teniendo ya una importante base en varios estados capaz de producir fuertes turbulencias, agitación política y motines; el gobierno de Bolsonaro, quiere llevar esa experiencia hacia los cuarteles.

O sea, Bolsonaro a pesar de haber dado medio paso atrás, toma medidas prácticas para perpetuarse en el gobierno, con o sin impeachment, peridendo o ganando en las elecciones. Por eso, es un gran peligro para los derechos democráticos de los trabajadores y las masas populares que es necesario confrontar de frente y derrotar.

Es necesario reaccionar frente al golpismo

Los cambios ministeriales no tienen nada de retroceso estratégico del gobierno o tutela de las fuerzas armadas a Bolsonaro. Él mismo, asilado por el gran capital, teniendo parte de su gobierno ocupado por el Centrão y con su popularidad en caída, es un neofascista incontrolable que prepara a la luz del día y en la noche acciones preparando un giro autoritario del régimen si fuera necesario.

Recordando que el TRF-5 (Tribunal Regional Federal de la 5ª Región) decidió el día 17 de marzo pasado que el Ejército podrá realizar conmemoraciones alusivas al golpe militar del 31 de marzo de 1964. A menos de un día de esta fecha simbólica, se hace más presente el creciente peligro en el que estamos inmersos si no le ponemos un freno a este gobierno. No se trata apenas de «amenazas» de un giro bonapartista (autoritario) del régimen, sino de medidas concretas, aunque indirectas, que están siendo tomadas en ese sentido.

Ciertamente no estamos ante un golpe inminente, sino de un claro proceso de preparación que debe ser interrumpido ya. La izquierda no puede quedarse inmóvil ante esta situación, esperar la salvación de la Suprema Corte o del Congreso Nacional, debe tomar las calles contra esa claro y abierto movimiento golpista.

La dirección del PSOL, sus parlamentarios y sus figuras públicas, tienen que cambiar de línea política urgentemente. Hay que superar las especulaciones electorales para el 2022 y poner en el centro la lucha política por la unidad de acción para derrotar a Bolsonaro. Parte fundamental de esa reorientación es dar el ejemplo, llamar a luchar y exigir que Lula (que ya fue vacunado y puede salir a las calles), el PT, la CUT y todas las fuerzas que se dicen democráticas. Hay que responder a la altura de los ataques directos de Bolsonaro.

Es preciso que las direcciones del movimiento de masas llamen a luchar ya contra el golpismo bolsonarista, convocando a la clase trabajadora, a la juventud y a todos los oprimidos para luchar en las calles con distanciamiento social a través de todos los medios, caravanas, actos simbólicos, actos de los ya vacunados… ¡En fin, no podemos más quedarnos atónitos frente a las avanzadas golpistas del bolsonarismo!


[1] El contexto de ese cambio tiene que ver con la posición de Azevedo de mantener una relación «republicana» entre las fuerzas armadas y el gobierno, pero Bolsonaro quiere el control directo de los cuarteles para imponer su política y crear un escudo contra cualquier movimiento que lo quiera impedir.Además de la sustitución del ministro de Defensa, todos los comandantes de las fuerzas armadas serán sustituidos.

[2] Ese es un cambio de estrategia porque Levi se desgastó con Bolsonaro al no hacer nada contra las medidas de distanciamiento social de los gobernadores. Ya Mendonça es un fiel escudero que defiende cualquier acción de Bolsonaro, legal o no. A cambio puede tener una promesa de vacante en el Tribunal Supremo que estará abierta en el segundo semestre.

[3] Este implica un cambio en lo interno que permite al gobierno abrir más espacio para el Centrão que le permite poner un testaferro en el Ministerio de Defensa.

[4] Esto es particularmente importante porque el Secretario de Gobierno es responsable de la organización del gobierno con la Cámara de Diputados. Siendo Arruda una diputada del Centrão próximo a Arthur Lisa (PP), presidente de la Cámara de Diputados. La estrategia de Bolsonaro con ese nombramiento es intentar blindarse de la posibilidad de impeachment y de tener su apoyo para su candidatura en 2022.

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