Biden consolida su ventaja en las primarias demócratas

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Este martes se realizó en EEUU una nueva ronda de elecciones primarias del Partido Demócrata, que en esta ocasión involucró a 6 estados (Michigan, Washington, Dakota del Norte, Idaho, Missouri y Mississippi).

Por Ale Kur

El saldo de las mismas fue un claro triunfo de Biden, que se impuso en 4 de ellos incluyendo a Michigan, el más importante en cantidad de población (y delegados) y relevancia económica. En cambio, Sanders triunfó en uno sólo (Dakota del norte), y todavía se están contando los votos, en un virtual empate, en el estado de Washington.

En cuanto a la cantidad de delegados obtenidos hasta el momento en la jornada del martes, Biden obtuvo 184 y Sanders 112, agrandando la brecha ya existente. El conteo global incluyendo las elecciones anteriores indica que Biden posee 864 delegados contra 710 de Sanders[1].

Se repitió, de esta forma, la dinámica que ya se vio en el “supermartes”[2]: aunque Sanders conserva la base electoral que tenía al comienzo de las primarias, ya no se beneficia de la fragmentación de sus adversarios que existió en los primeros cuatro estados, y que le permitía ser la primera minoría. Al contrario, ahora todos los votos de sus opositores se concentran en la figura de Biden. Y pese a que Elizabeth Warren (candidata que compartía con Sanders un perfil progresista, en una variante más “moderada”) se bajó finalmente de la carrera presidencial, sus votos no parecen haber dado vuelta la relación de fuerzas existente.

Aunque amplios sectores sociales simpatizan con varias de las propuestas de Sanders (especialmente la puesta en pie de un sistema de cobertura pública, universal y gratuita de salud), la opinión mayoritaria es que dicho candidato tendría pocas chances de vencer en las elecciones de noviembre contra Trump -pese a que varias encuestas señalan exactamente lo contrario[3]. La repugnancia de millones contra el actual presidente derechista redobla las presiones hacia lo que se considera un “voto útil”.

Por otra parte, aquí se verifica también con toda claridad una división generacional. Como muestran encuestas realizadas en Michigan[4], los votantes de entre 18 y 44 años se inclinaron por Sanders hasta en un 64%. Pero este grupo etario es una minoría de entre quienes votan en las primarias demócratas. Al contrario, el componente mayoritario (mayores de 45 años) se inclinaron por Biden en un 66%.

Los jóvenes, que nacieron y vivieron en un mundo marcado por el neoliberalismo y el recorte de derechos y perspectivas de progreso, se muestran mucho más insatisfechos con el estado de las cosas y más partidarios de un cambio profundo -con mayores grados de adhesión ideológica al llamado “socialismo democrático” con el que se identifica Sanders. En cambio, en las generaciones anteriores pesa con mayor fuerza la inercia histórica de todo el siglo XX, de la “guerra fría” y el anticomunismo, del recuerdo de un capitalismo donde todavía había concesiones a los trabajadores y los sectores populares, y del derrumbe de los así llamados “socialismos reales” en la década del ‘90.

Esta diferencia generacional vale también -y especialmente- para la población afroamericana: exceptuando una franja de jóvenes, la mayoría se inclinó por Biden. El ex vicepresidente de Obama cuenta aquí a su favor con los resabios de la gran popularidad que aquel mandatario llegó a tener en la comunidad negra[5]. Esto es especialmente importante en estados como Michigan, donde los trabajadores negros son un importante porcentaje de la población -más aún en ciudades como Detroit. Para los afroamericanos el racismo de Trump y sus seguidores se trata de una grave amenaza, y por ello terminar con su gobierno lo antes posible se ubica en la primera de las prioridades.

Un último aspecto a tener en cuenta es el carácter antidemocrático del sistema electoral norteamericano. En vez de estimular la participación popular, hace todo lo posible para impedirla, realizando las elecciones en día de semana laborable y abriendo pocos centros de votación donde se forman larguísimas colas (con los electores esperando durante muchas horas para poder votar). Además es necesario registrarse previamente, y muchos votantes son directamente suprimidos del padrón ante cualquier excusa -que generalmente perjudican a los sectores de bajos recursos y personas de color. Tampoco resulta demasiado transparente el conteo de los votos, con denuncias de muchos sobres sin contar, con retención de resultados definitivos de estados importantes, etc.

Perspectivas de las primarias demócratas

Aunque todavía faltan asignar la mayor parte de los delegados (y por ello la carrera sigue abierta hasta junio, cuando se realizan las primarias en los últimos estados), está claro que Sanders corre con desventaja, especialmente teniendo en cuenta las encuestas de intención de voto de cara a las primarias que todavía restan por realizarse.

El establishment del Partido Demócrata se aprovecha de esta situación y redobló sus “aprietes” para intentar que Sanders se baje de la carrera, bajo la excusa de apuntalar la candidatura de Biden contra Trump de cara a las elecciones presidenciales de noviembre. Esto no se  trata de una movida inocente sino que tiene una clara intencionalidad política: barrer bajo la alfombra los cuestionamientos de amplios sectores de la base demócrata e independiente hacia la candidatura tradicional (es decir, neoliberal e imperialista) de Biden.

Estos aprietes se entienden más teniendo en cuenta el siguiente dato: este domingo está programada la realización en Arizona de un debate de candidatos entre Sanders y Biden -el primero cara a cara entre ambos. Se trata de un evento de importancia, ya que Sanders va a tener la oportunidad de poner contra las cuerdas a Biden en cuestiones como la cobertura de salud, el cambio climático, el costo de la educación, la pobreza, el financiamiento de las campañas electorales y la desigualdad en los ingresos[6]. Sanders no solo puede capitalizar la mayor fortaleza de su agenda política, sino la debilidad que muestra Biden como orador. Por otra parte, dos días después del debate se realizará la siguiente ronda de las primarias en Arizona, Florida, Illinois y Ohio.

Aunque las perspectivas electorales de Sanders aparecen muy complicadas, la persistencia de su campaña tiene la virtud de seguir poniendo en la agenda política las demandas e intereses de los sectores populares, cumpliendo un rol propagandístico y ayudando a desenmascarar las posiciones conservadoras del establishment demócrata.

Sin embargo, los resultados obtenidos hasta el momento ya señalan una primera conclusión de tipo estratégica-política: resulta iluso imaginar una “toma del poder” por parte de los socialistas a partir de la mera agitación electoral. Sin querer desmerecer aquí la importancia de la utilización de las instituciones existentes para fines propagandísticos, la experiencia histórica demuestra que no es allí donde ocurren los grandes cambios en las relaciones de fuerzas entre las clases.

Al contrario, esto solo puede ocurrir en las calles, en la movilización popular, en las grandes protestas y huelgas. Inclusive el triunfo de fuerzas “progresistas”-reformistas en las elecciones suele ocurrir sólo como consecuencia de grandes luchas populares -que producen con su impacto un giro en la conciencia de amplios sectores y en la “opinión pública” en general, que se traduce luego en el terreno electoral.

Por estas razones, para que el entusiasmo y conciencia generados por la campaña de Sanders produzcan un impacto real, profundo y duradero, estos deben cristalizarse en la construcción de organizaciones políticas y sociales de lucha, orientadas a cambiar la realidad en las calles y que utilicen las instituciones como un punto de apoyo auxiliar, pero que no hagan de ellas el centro de su política. Gane quien gane las primarias, esta es la única estrategia que puede provocar una verdadera transformación de lo existente.


[1] Datos obtenidos en “Live Primary Election Results: Michigan, Washington and More”, New York Times, 11/3/20En: https://www.nytimes.com/interactive/2020/03/10/us/elections/results-primary-elections-michigan-washington.html:

[2] «Los conservadores quieren cerrarle el camino a Sanders», Ale Kur y Marcelo Yunes, IzquierdaWeb, 5/3/20, en: http://izquierdaweb.com/los-conservadores-quieren-cerrarle-el-camino-a-sanders/.

[3] Aunque en ciertos sectores sociales Biden tiene más llegada que Sanders, lo contrario también es cierto: Sanders puede ganar el voto de sectores de trabajadores descontentos con los tratados de libre comercio que le facilitaron el camino a la deslocalización de empresas y la destrucción de puestos de empleo industriales. Esos sectores, que en 2016 apoyaron a Trump, difícilmente votarían por Biden ya que sigue apoyando esos mismos tratados de libre comercio.

[4] “Michigan Polls: Who Different Groups Supported”, New York Times, 10/3/20. En: https://www.nytimes.com/interactive/2020/03/10/us/elections/exit-polls-michigan-primary.html

[5] «Sanders Deflects To ‘People Of Color’ When Pushed On Lack Of Black Support», Sanjana Karanth, Huffpost, 5/3/2020. En: https://www.huffpost.com/entry/bernie-sanders-deflects-people-color-black-support-maddow_n_5e6077f5c5b69d641c0a8d77

[6] “Sanders to press on against Biden after primary losses”, HOLLY OTTERBEIN y QUINT FORGEY, Politico, 11/3/20. En: https://www.politico.com/news/2020/03/11/sanders-to-press-on-against-biden-after-primary-losses-125805

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