- Se trata de Arturo Murillo, que estaba exiliado en Estados Unidos tras la asunción de Arce y la detención de la golpista Jeanine Áñez.
Virginia Bertoldi
Arturo Murillo, el ex ministro de Gobierno (interno) de Jeanine Áñez, fue detenido por el FBI junto a su ex asistente, Rodrigo Méndez Mendizábal, en Estados Unidos por formar parte de un esquema de sobornos y lavado de dinero. También fueron detenidos tres empresarios estadounidenses de la empresa Bravo Tactical Solutions.
El motivo del soborno, que la empresa mantuviera las relaciones con el Ministerio de Defensa de Bolivia por un contrato de $5,6 millones. El informe del Departamento de Justicia de los Estados Unidos dice que «para promover el esquema de sobornos, Bryan Berkman, Luis Berkman y (Philip) Lichtenfeld luego lavaron los pagos a funcionarios del gobierno boliviano a través de cuentas bancarias en Florida y Bolivia y organizaron el pago de $ 582,000 en efectivo para Murillo y Méndez». Finalmente la empresa se quedó con algo más de 2,3 millones de dólares del total del contrato.
Eduardo del Castillo, actual ministro de Gobierno boliviano, anunció en La Paz que pidieron la extradición de Murillo y Méndez, que ya están acusados en Bolivia por malversación de fondos con la compra con sobreprecios de materiales antidisturbios. También pedirán la extradición de Fernando López, el ex ministro de Defensa de Áñez, quien firmó el contrato.
Murillo era senador opositor junto a Jeanine Áñez cuando destituyeron al gobierno boliviano, y era tan cercano a la golpista que le tiraba línea en sus apariciones públicas. Hoy, casi dos años después, sale a la luz que mientras con una mano reprimían y asesinaban a los bolivianos que se defendían del golpe, con la otra marcaban sobreprecios al Estado (¡encima para reprimir!) y se quedaban con el cambio.
