Argentina: Las dos plazas y el FMI

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  • Este fin de semana la izquierda concentró a todos los sectores que se oponen al ajuste y al acuerdo con el FMI.

Redaccion

El contraste de las dos plazas del fin de semana marca la coyuntura política alrededor de su pelea central: el acuerdo con el FMI.

La plaza del viernes fue una plaza esencialmente ocupada por la orgánica de la militancia kirchnerista y de movimientos sociales, como el Movimiento Evita, ligados a Alberto Fernández. No fue una plaza que logre interpelar a más amplios sectores de jóvenes y trabajadores. Estuvo convocada para demostrar apoyo al gobierno y terminó con un «gusto a poco».

El acto, en el que Cristina se mostró junto a Alberto y Lula Da Silva, y con la presencia de Pepe Mujica, intentó recuperar la épica de los supuestos gobiernos «progresistas» de América Latina. Un barniz «progre» arropado en las banderas de la democracia para unificar la base peronista detrás del pacto de ajuste.

Si bien la plaza se fue numerosa, los desaires de la CGT, mas encolumnada detrás de Alberto y las dudas en la posibilidad de «crecer pagando», «pagar sin hacer ajuste» muestran a un gobierno con una política poco clara y contradictoria. Estas contradicciones se escenificaron en los discursos de Alberto Fernández y Cristina Kirchner.

Alberto Fernández, en su discurso, expresó: «Primero, tranquila, Cristina, no vamos a negociar nada que signifique poner en compromiso el desarrollo social en la Argentina. No vamos a negociar nada que ponga en peligro el crecimiento del país. Segundo, Cristina no tengas miedo que si el FMI me suelta la mano voy a estar agarrado de la mano de ustedes”, Vociferó Fernández y agregó eufórico: “La Argentina del ajuste es historia”. «Si acordamos no va a ser a costa de la salud, del salario, las jubilaciones. La Argentina del ajuste es historia, no hay más posibilidades que eso ocurra»

Cristina, por su parte, dijo: “Alberto se encontró con una cosa que usted Lula no se va a encontrar: el regreso del FMI a la Argentina con el regalito de 44 millones de dólares. La verdad, más allá de todo, permítame Presidente ser desconfiada porque, sabe que pasa, el FMI ha vivido condicionando a la democracia argentina”.

La discusión entre ambos es más que clara: Fernández dice que es posible pagarle al FMI y no ajustar al pueblo trabajador y Cristina dice «permítame desconfiar» agregando que el Fondo siempre condicionó la democracia argentina. Con esto Cristina no dijo ni que va a romper con el Gobierno, ni menos que menos va a dejarle de pagar al FMI. Simplemente se diferencia de Alberto para no pagar el costo político cuando Alberto tenga que aplicar los ajustes que él mismo niega, pero que el Fondo ya le está reclamando.

No es necesario ser de izquierda para descreer del gobierno, solo hace falta escuchar con detención sus discursos.

La Plaza de la izquierda contra el FMI

La marcha de la izquierda concentró a todos los sectores que se oponen al ajuste y al acuerdo con el FMI. Políticamente, representó un polo político de independencia de todos los sectores capitalistas que, con sus matices, acuerdan en que el país debe arrodillarse frente a los mandatos del Fondo.

En ello consistió la importancia de la movilización: rechazar la resignación derrotista de los K y el gobierno que, aunque aseguran que «no firmaran nada que vaya contra los intereses del pueblo», al mismo tiempo se arrodillan ante el hecho consumado de que «hay que honrar las deudas», para lo cual no sólo preparan un duro ajuste, sino que ya vienen aplicándolo desde la pandemia.

La izquierda llenó la plaza. La composición de la movilización contó con, además de los contingentes militantes de los partidos, movimientos sociales independientes del gobierno, comisiones internas, cuerpos de delegados del sindicalismo combativo y agrupaciones ambientalistas.

En el acto y las consignas se expresó un programa claro de rechazo al acuerdo con el Fondo que todos los bloques de los partidos del sistema se presta para aprobar en el Congreso. La columna del Nuevo MAS, una de las más vitales, fue encabezada por el Sindicato de trabajadores de Reparto (SiTraRepa) y activistas ferroviarios del la lucha de EMA. Miles de jóvenes militantes, sindicales y ambientalistas se hicieron presentes.

«Sabemos que el acuerdo es ajuste, no puede haber pago y crecimiento al mismo tiempo. Estamos muy contentos por esta convocatoria unitaria», expresó Manuela Castañeira, referente del Nuevo MAS. «La izquierda tiene la responsabilidad política de construir un polo político alternativo que le diga no al Fondo Monetario Internacional».

¿Y ahora?

La pelea del Nuevo MAS es por darle continuidad a la convocatoria unitaria de la izquierda. Las tareas que tenemos por delante son enormes y necesitamos un bloque político que  tome la iniciativa en la lucha contra el Fondo para que sea referencia de trabajadores, estudiantes y sectores que, si bien hoy, simpatizan con el gobierno, están en crisis por este acuerdo y sus consecuencias sobre el pueblo trabajador.

La plaza del gobierno intentó, por ahora, si éxito convencer a más gente de que es posible «pagar sin ajustar» y la plaza de la izquierda se mostró como una clara alternativa de lucha contra el Fondo. Como resulte la lucha política entre estos dos espacios es una de las claves del futuro de los trabajadores y sectores populares de este país.

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