• Una bomba electoral ha estallado al interior de la política estadounidense en los últimos días. Una investigación muy solida del New York Times reveló las declaraciones de impuestos de Donald Trump de los últimos 20 años, que incluyen una serie de defraudaciones al estado  y estafas dignas del actual personaje que detenta el poder ejecutivo estadounidense.

Pagos por impuestos de 750 dólares en 2016 y 2017, devoluciones que recibió del estado de hasta 72.9 millones por pagos entre 2005 y 2008 e incluso excepciones a realizar cualquier pago durante 10 de los últimos 15 años^[1].  Ante esto, cabe la pregunta ¿Cómo es que el candidato republicano logró burlar al estado estadounidense? Básicamente lo pudo hacer mediante la declaración de pérdidas y deudas multimillonarias. Sucede que, por como funciona el sistema impositivo estadounidense, un empresario puede ser exceptuado de pagar como impuesto a la renta todo lo que haya declarado como deficit anual. Mediante este atajo, el presidente ha logrado esquivar al fisco.

Esta compulsión a las pérdidas que tienen las empresas de Trump tiene algo que no extraña. El candidato derechista es tan poco convencional como empresario como lo es como político. Trump tiene todo un historial de ser un outsider incluso en sus formas de obtener ganancias y obtener la posición social que ostenta. No porque la evasión fiscal, el lavado de dinero, la corrupción y otro tipo de maniobras ilegales sean desconocidas por los empresarios “normales”, sino porque estas maniobras son solamente auxiliares para la extensión de sus ganancias. En el caso de Trump, estas artimañas son los cimientos de su fortuna. Lavado de dinero mediante su fundación caritativa, ventas con comisiones extras por cientos de millones, maniobras para contratar trabajadores y luego no abonarles el salario, intentos por quedarse judicialmente con la fortuna de su padre (que finalmente quedo en la nada), 6 declaraciones de quiebra y otras “astucias” que nada tienen que ver con la ética ascética y meritocrática que los burgueses cultivan para ocultar (y a veces justificar) la explotación que se desarrolla en la cotidianeidad del sistema capitalista.

Resumiendo: Trump es una suerte de lumpen capitalista que no se hizo millonario en canales de explotación comunes, sino jugando al límite del reglamento capitalista, aprovechando cada resquicio legal o cada oportunidad ilegal para hacer crecer su patrimonio^[2]. En ese sentido, que Trump inventara perdidas millonarias para esquivar pagos al fisco no extrañaría, como tampoco sorprendería que -por el azar incruento de la vida- algunas de las jugadas del magnate hayan terminado terriblemente mal, conduciendo a las pérdidas millonarias y al endeudamiento que tendría el presidente según lo que indica la investigación del Times^[3].  En cualquiera de los dos casos, la imagen del presidente queda notablemente lastimada: O es un artero evasor de impuestos, o -lo que sería peor para su base social-  un mal empresario que conduce sus negocios a la bancarrota. Lo último significaría que su base blanca, liberal, racista y reaccionaria, que orgullosa llevó a la presidencia a alguién que representa el sueño americano de amasar una fortuna, viendo como su presidente fracasa en sus negocios.

Habrá que ver cómo se desarrolla la dinámica política estadounidense, pero pareciera que esta filtración colaborará con el objetivo demócrata de llevar la discusión suscitada por las movilizaciones populares a lo super-estructural y luego a las urnas norteamericanas . Esta filtración -evidentemente posibilitada por el partido demócrata- no hará más que complicarle el camino al bando republicano, que recibirá ataques de todos los colores hasta el 3 de noviembre.

^[1] Para ver el informe completo, véase “»Long-concealed records show Trump´s chronic losses and years of tax avoidance» https://www.nytimes.com/interactive/2020/09/27/us/donald-trump-taxes.html?searchResultPosition=31

^[2] Para ver un desarrollo más extenso de este punto, véase el artículo de Samuel Farber “Donald Trump, un Lumpencapitalista” https://nuso.org/articulo/donald-trump-un-lumpencapitalista/

^[3] Al parecer, los prestamos  que le vencerán al presidente en los próximos 4 años totalizarían 421 millones de dólares de deuda.